Dos investigadores españoles denuncian ante la ONU el problema del déficit de juego entre los niños.
El juego no debe ser ninguneado, porque infancia y juego son
indisolubles y no pueden llevarse a cabo políticas de la infancia sin
tener presente el derecho del niño al juego. Sin embargo, estamos ante
un derecho olvidado, casi perdido, porque la mayoría de estados
–incluido los considerados más avanzados– contravienen el artículo 31 de
la Convención de los Derechos del Niño, que recoge el derecho al
descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas”.
"La Vanguardia".
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