jueves, 18 de enero de 2018

Juego para la Lectura comprensiva


Creado Por Mª Carmen Péres en Aulapt.org

Esta actividad está diseñada para trabajar la lectura comprensiva en el aula de 1º y 2º de primaria. La elaboración puede hacerse en grupo. 


INSTRUCCIONES

  1. Forma grupos de 3 o 4 niños y reparte un modelo a cada grupo.
  2. En medio de la mesa se colocarán las tiras escritas, previamente recortadas.
  3. Los alumnos, por turnos, irán cogiendo una tira y leyendo en voz alta la instrucción.
  4. Después de dibujarla en su modelo, pasarán la hoja al compañero que cogerá una tira escrita y procederá a hacer lo que le indica. Así hasta terminar todas las tiras.
  5. Una vez terminado el dibujo los alumnos seguirán rotando el folio hasta por completo su monstruo, según haya acordado el grupo, cada uno pintará su parte dibujada.





 A continuación tenéis las fichas y las frases que se deben recortar antes de comenzar la actividad. Hay dos modelos diferentes.


Ficha 1

Ficha 2


Artículo Original

lunes, 15 de enero de 2018

¡Mamá, no quiero Hacerlo!

Muchas veces nos cuesta una barbaridad intentar que nuestros hijos lleven a cabo aquello que nos gustaría o le pedimos. Hacer la cama, recoger las cosas, lavarse los dientes,... son rutinas diarias que debemos inculcar a nuestros hijos y que, en muchas ocasiones, no conseguimos que las lleven a cabo por dejadez o pereza. 

En Japón, se practica un método para conbatir la pereza de los niños a través de la motivación del desafío. La técnica es muy sencilla de usar y tiene efectos positivos. Para ello, es necesario que el adulto se involucre y estableza al menos algo de teatro a la hora de dirigirse al niño. 
El método se llama "kaizen" y consiste en desfiar al niño para realizar la actividad que pretendemos en menos de un minuto. Para ello, nos dirigimos al niño como si fuese un concurso o desafío por el cual tiene que realizar la tarea en muy poco tiempo. Si le añadimos un toque escénico podemos conseguir que el niño se involucre en una tarea que le pedimos de manera efectiva y con todos su sentidos en aquello que va a realizar. Por otro lado, será necesario utilizar un reloj, cronómetro o reloj de arena, que el niño pueda ver mientras realiza la actividad. Esto provocará que se muestre más activo.

Así, si pretendemos que recoja su habitación, nos dirigiremos a él diciéndole: "comienza el tiempo, serás capaz de recoger la habitación en menos de un minuto? "  y con el cronómetro o reloj a la vista, le podemos incentivar marcándole los tiempros ("llevas 20 segundos..."),... Para que esto funcione, es necesario que el adulte esté presente mientras el niño lleva a cabo la actividad, porque, si por el contrario, le mandamos la orden y nos desentedemos y nos vamos, él niño no le dará importancia a la activida y pasará de ello.


Fichas para trabajar las Emociones


Los maestros, debemos trabajar atendiendo a cada momento por el que pasa cada uno de nuestros alumnos. La mayor parte del timpo, nuestros alumnos muestran una actitud y comportamiento esperado. Pero otras veces no es así. Y es responsabilidad de los docentes, es lelgar a ese alumno y para ello debemos comprender que le ocurre y en consecuencia por qué ha actuado de esa manera. A veces, nuestros alumnos no comprenden o les cuesta entender qué les ocurre dentro de si, para ello, es conveniente que en el aula trabajemos la identificación de las emociones y los sentimientos. Con esto, debemos ayudarles a gestionarlos de la mejor manera posible. 

Este material que os dejamos aquí, puede ser muy útil para trabajar con todos los alumnos de un aula o con un grupo determinado. En casa, las familias, también pueden hacer uso de él. Cada ficha trabja una emoción y/o estado anímico. 

En los siguientes enlace, os dejamos el amteriral que podéis descargar. 

1º.- Fichas para trabajar las emociones y sentimientos.

Descargar Libro de Fichas

2º.- Láminas decorativas para el aula de las emociones (también pueden ser usadas para trabajar)

Descargar láminas de emociones



Palabras Aladas

jueves, 11 de enero de 2018

Qué ganamos al no gritar a los hijos


5 cosas que aprendí cuando dejé de gritarles a mis hijos.

Ser madre es una tarea difícil, ¡vaya que lo es! Pero también es la mejor manera de enaltecer nuestra existencia. Algunas veces, el agobio del día a día no nos permite recordar la maravillosa labor que tenemos entre manos y terminamos gritando y riñendo a nuestros hijos, no porque estemos cansadas de ellos, sino porque el cansancio viene del sin fin de tareas que tenemos adicionales a ser mamá, como si serlo fuera poca cosa.

Sin embargo, a veces somos nosotras mismas  las que nos ponemos una meta muy alta, queremos hijos perfectos de los que no alzan la voz ni ensucian su ropa, también de los que son discretos y de los que saludan a todos de beso, queremos hijos de buenas calificaciones y cuartos perfectamente ordenados, que lean de corrido a los 6 años y que no se despeinen, que no pierdan los juguetes y que hagan los deberes solos... 

¡queremos niños que solo existen en las revistas!


Así que lo que aprendí cuando dejé de gritarles a mis hijos fue:

1.- Lo perfecto es enemigo de lo bueno

Cuando dejé de gritarles a mis hijos aprendí que no necesito ser una madre perfecta, no estoy en una competencia diaria para demostrar nada a nadie. Entendí que mis hijos me prefieren menos correcta y planificada y mas espontánea y feliz.

Tal vez mi casa no esté de portada de revista, pero la sonrisa de ellos sí y es porque he dejado de gritarles a mis hijos.

2.-No tengo hijos perfectos, tampoco los quiero perfectos

Mis hijos son perfectamente imperfectos, no les gusta bañarse, riñen para ordenar el cuarto,  siempre quieren un juguete nuevo… y, ¿cómo podrían ser distintos? ¡Son niños!

Los amo así como son, a veces gruñones porque tienen su propio punto de vista de las cosas, a veces caprichosos porque solo quieren ser felices. Esos son mis hijos: perfectamente imperfectos, son niños.

3.- Soy la mamá que mis hijos necesitan

Aun antes de que llegaran a mi vida, ya tenía ideas de cómo quería criar a mis hijos. Cuando venían en camino planifiqué qué iba a hacer en cada situación, no quería ser una mamá improvisada.
Me imaginé cómo le iba a enseñar a rezar y también modales en la mesa. Me dije a mí misma que jamás les daría comida chatarra y que los enseñaría a ser valientes, independientes y generosos. En fin, hice planes con personas que aún no conocía. 

Luego me di cuenta de que debo ser la mamá que cada uno de ellos necesita, porque cada hijo me necesita diferente, porque cada uno de ellos es diferente.

4.- Las miradas de los demás sobran

Tengo muy buenas amigas, con las que puedo compartir con sinceridad las dificultades que a veces voy encontrando al criar a mis hijos, escucho las suyas también. Nos reímos y nos preocupamos juntas, buscamos alternativas o nos hacemos llamados de atención. Son mis socias en esto de la maternidad después del padre de mis hijos.
Pero también he aprendido que hay miradas y palabras que sobran.

5.- Aprendí a superarme a mí misma

Mis hijos, entre lo mucho que me han enseñado es a superarme a mí misma, a ser mejor ser humano. Me enseñaron a fijarme en la meta, no en los obstáculos y que puedo lograrlo sin gritarles a mis hijos.
Hoy en día soy realmente una mejor versión de mí misma con respecto a cuando ellos nacieron, me han hecho reinventarme, me retan a ser mejor

Cada día me levanto con el deseo de ser una mamá a su altura, con la fuerza indetenible para lograr educarles como cada uno necesite, no como yo quisiera para satisfacer mi ego. 
Realmente, no todas las noches me acuesto satisfecha, algunas sí y mucho, pero otras siento que me voy a la cama debiéndoles un mejor día, algunos abrazos y tal vez mucha paciencia. Esos días, más que ningún otro, me acuesto con la total convicción de que mañana tendré una nueva oportunidad de no gritarles a mis hijos.


 

lunes, 8 de enero de 2018

Tildes y Acentos

El acento es la fuerza que lleva cada palabra de nuestro vocabulario, mientras que la tilde es el picto (raya) que le ponemos a ciertas palabaras para señalar su acentuación y diferenciarlas de otra. De esta manera, todas las palabras llevan acento. Pero no todas la palabras llevan tilde. Para poner la tilde en las palabras que les corresponde, debemos atender unas reglas ortográficas que os las resumimos en las siguientes imágenes.

Más abajo, os dejamos los enlaces para que podáis descargar dichas imágenes y podáis imprimirlas. 






Descargar Aquí

miércoles, 3 de enero de 2018

Exceso de Regalos

El síndrome del niño hiperregalado. 

El exceso de juguetes que genera hijos frustrados y faltos de imaginación

Este artículo (de la página de "siquia.com") refleja la realidad de la sociedad actual, por la que nos consideramos mejores padres por invadir con regalos el espacio de juego de nuestros hijos.

 Llega ya el 6 de enero y, como cada año, haremos y recibiremos unos regalos muy deseados. Pero… ¿por qué regalamos juguetes en la festividad de Reyes Magos? Y, algo muy importante ¿si los niños fueran consciente de la ilusión, también escogerían juguetes como regalo o…¿quizás no?

 
María Dolors Mas Delblanch

De hecho, estas fechas son muy especiales para quienes tienen hijos. Es a los niños a quienes más ilusión hacen estas fiestas porque vienen los Reyes Magos con sus regalos y porque, no lo olvidemos, es cuando a los padres les resulta menos complicado coger algunos días de vacaciones para pasarlos con sus hijos pequeños. Obviamente, a los niños les gusta jugar, pero hacerlo en compañía de sus padres…
A partir de esta idea la agencia publicitaria McCann ha desarrollado una campaña en la que se propone a unos niños que escriban una carta a sus padres con la pregunta ¿Qué les pediríais a vuestros papás por Navidad? "
Esta pregunta llega a extrañar tanto que las respuestas son mayoritariamente, que los niños piden pasar más tiempo con sus padres.

Pero los padres siempre van corriendo, del trabajo a casa y de casa al trabajo. Y entre todas sus obligaciones está el pasar tiempo con sus hijos. Un tiempo muy importante para los hijos que no siempre tienen como adultos y que, por tanto, se suple con regalos.
Pero no hay que confundir el hecho de regalar con considerar que con eso ya está hecho todo. Porque los juguetes no pueden darles el cariño y la compañía que ellos necesitan ya que eso es algo que deben darles los padres.

El síndrome del niño hiperregalado

Es la tendencia que consiste en suplir el tiempo que no se pasa con los hijos, con regalos que reemplazan a mamá y a papá. Sin embargo, ello acarrea consecuencias: un niño al recibir tantos regalos acaba por no valorar lo que tiene. Siempre que hay una acumulación de juguetes, los niños pierden la ilusión, se vuelven caprichosos, egoístas y consumistas.
Por otra parte, el síndrome del niño hiperregalado en Reyes cuando se le añaden creencias de tipo “porque te has portado muy bien todo el año”, implica una sobregeneralización. Aquellos que lo hacen todo muy  bien son premiados con el éxito en la vida ( juguetes en Reyes) mientras que si lo haces todo mal eres castigado con el fracaso (carbón en Reyes) lo cual inclina al niño a pensar que no puede cometer errores: lo cual, obviamente, es falso.

Todo ello, crea adolescentes y adultos con baja tolerancia a la frustración ya que esperan recibir todos los regalos que pidieron, característica típica del síndrome del niño hiperregalado. Si esto no ocurre así, y recibe  menos juguetes de los esperados se frustrará e, incluso, se sentirá desilusionado, triste o irritable.

¿Cómo elegir los juguetes que los niños realmente necesitan?

Al regalar juguetes a los niños, se deben elegir aquellos que estén adaptados a su edad, que les ayuden en su crecimiento y desarrollo, que les permitan evolucionar como personas y que les inviten a usar la imaginación y a colaborar. Por ejemplo, los juegos de mesa que enseñan a compartir, a interactuar con otras personas, a respetar unas normas y unos turnos, a tolerar la frustración y a saber ganar o perder.
Hay un aspecto muy importante que se debe tener en cuenta al elegir un juguete para su hijo y es que el mejor juguete no es necesariamente el más caro. Y aunque es importante tener en consideración que el niño desea un juguete, porque le hace mucha ilusión, no es conveniente comprar juguetes si es para satisfacer un capricho momentáneo.
Tampoco es conveniente suponer que el niño va a desear determinado juguete porque “le va a hacer mucha ilusión”, si el niño no lo ha verbalizado puesto que, aunque así fuera, el exceso de juguetes impide el desarrollo de la fantasía y acaba provocando aburrimiento.
Un pequeño detalle: deberíamos explicar a los familiares, especialmente a los abuelos, que no regalen juguetes de forma indiscriminada.

Se puede jugar… sin juguetes

Un hecho incuestionable es que los niños necesitan jugar.
Aparte del tiempo que los niños pasan jugando con juguetes, existe un interés por otras cosas que sólo requieren de la imaginación. 
La idea es tratar de cambiar el consumismo por el tiempo compartido en familia, de elegir menos regalos, menos juguetes y que los niños aprendan a valorarlos, de darles cosas más gratificantes. Por ejemplo: un paseo, una excursión o un juego de mesa. Se trata de seguir regalando a los niños, pero regalarles tiempo, algo que no cuesta nada, pero que supone más esfuerzo. Porque, aunque es posible malacostumbrar a los hijos regalándoles demasiadas cosas, no es posible echarlos a perder con demasiado amor, cariño y tiempo compartido. Hazles saber que te sientes feliz con ellos y que te importan, préstales tanta atención como puedas, y que ese sea tu regalo para ellos, el más valioso de todos.


Artículo Original

 

Vivan los juegos tradicionales

Que son los juegos tradicionales Juegos tradicionales : Día tras día nos quejamos que nuestros hijos solo saben jugar con máquinas, que...